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martes, diciembre 02, 2008

Las políticas neoliberales y su impacto sobre la formación en salud pública. Comentarios sobre la experiencia venezolana

En esta ocasión y luego de terminarse el Congreso de ALAMES relacionado con la medicina social, envíamos este artículo para que se enteren los lectores que la medicina social, que no existe como tal ni especialidad en México, se preocupa por la atención y la salud para todos dentro del contexto social y cultural de la población y no como una mercancía que ha hecho ricos a médicos ofreciendo salud como un tratamiento y no como una prevención y solo vigilar el estado sano de la población, que es lo mas barato y que alcanza a toda la población, evitando la falsedad del altruismo de muchos profesionistas de la salud que se encuentran dentro del sistema apoyando teletones y otros inventos similares con el fin de reproducir el sistema neoliberal que tanto daño ha hecho a la población y sobre todo a la salud de los Mexicanos, los casos de Cuba y Venezuela son un acierto en la aplicación de políticas de salud a toda la población sin excluir a nadie, la inclusión en los servicios de salud a todas las clases sociales y mas a la de bajos recursos, requiere un cambio de mentalidad y no solo la reproducción de enseñanza, practicas que promocionan un mayor consumo de medicamentos y por ende ganacias a los laboratorios transnacionales para ofrecer medicamentos que muchas de las veces son ionalcanzables a la gente. El presente artículo engloba la práctica de la medicina social y los porque de hacerla efectiva como una alternativa antineoliberal de la práctica humanista de la medicina.


Las políticas neoliberales y su impacto sobre la
formación en salud pública. Comentarios sobre
la experiencia venezolana
Óscar Feo

Neoliberalismo
Desde una perspectiva progresista, el
neoliberalismo ha pasado a ser una de las
categorías explicativas más importantes para
comprender lo que sucede en el mundo.
Entendemos al neoliberalismo no como una
doctrina económica, sino más bien como una fase
del desarrollo del capitalismo que impone una
forma de comprender el mundo y organizar la
sociedad basada en el mercado. Chomsky (2001)
señala que el rasgo fundamental del mundo
globalizado es la imposición de un modelo de
pensamiento, de una forma de concebir el mundo,
la sociedad, la producción y distribución de
bienes, y las relaciones entre las naciones, que se
conoce como neoliberalismo y se constituye en el
paradigma económico de nuestro tiempo. Se trata
de una forma de gobierno global, sin estado
global, en el cual un grupo de instituciones
estrechamente vinculadas a los grandes intereses
financieros de las corporaciones, dominan el
mundo para satisfacer sus expectativas y mantener
el control de la vida social por los intereses
privados, con un sólo objetivo: maximizar sus
ganancias y beneficios.
Lo que conocemos como neoliberalismo está
sustentado en tres grandes principios:
1.- El fundamentalismo del mercado, que
exalta la libre movilización del capital, la
libertad de comercio y el libre flujo de los
factores de la producción, excepto la fuerza
de trabajo, que continúa sometida a múltiples
y variadas restricciones.
2.- El desmantelamiento de los estados
nacionales, la desaparición de las fronteras
para la actividad económica, y la pérdida de
poder y soberanía de las naciones periféricas,
en lo que algunos llaman la monarquía del
capital. Se plantea que la soberanía de los
estados ha sido desbaratada por la
globalización, y que la soberanía radica
actualmente en el mercado.
3.- La homogenización de las culturas y
costumbres, imitación de patrones de
consumo, fortalecimiento de la ideología
consumista, que genera un “consumismo
desaforado” y una alienación que crea
expectativas de vida no acordes con la
realidad, en lo que Galeano llamó la cultura
del “úselo y tírelo”, con el consecuente
deterioro ambiental y agotamiento de los
recursos naturales.
Asimismo, el neoliberalismo promueve diversas
acciones para lograr sus intereses:
1.- Privatizaciones: no sólo en la perspectiva de
transferencias de empresas del sector público al
privado, sino la conversión de derechos sociales
en objetos de mercado. La salud y la educación,
tradicionalmente considerados derechos
ciudadanos, pasan a formar parte de los intereses
económicos y en muchos países se integran a los
circuitos de acumulación. Es evidente que la
privatización de los fondos de pensiones de la
seguridad social ha pasado a constituir uno de los
elementos más apetecibles para el capital
financiero, convirtiéndose en un rubro de gran
rentabilidad. Hasta el agua la están privatizando
en algunos países.
2.- Desregulación del mercado de trabajo: el
modelo neoliberal produce desempleo,
flexibilización y precarización del empleo,
aumento del empleo informal, y un notable
incremento de los accidentes de trabajo y las
enfermedades ocupacionales.
3.- Focalización de los programas sociales:
usualmente las instituciones internacionales y las
naciones identifican a la pobreza y la exclusión
social como grandes problemas a combatir y
diseñan medidas para ello. No advierten que el
problema fundamental no es la pobreza; que ella
es sólo manifestación y síntoma de la inadecuada
e injusta distribución de la riqueza social. En
consecuencia, diseñan programas focalizados
hacia los “pobres”, en ausencia de políticas
sociales de carácter estructural para enfrentar los
problemas reales de la economía, no sólo de los
países, sino del mundo.
4.- La inversión especulativa: con un claro
predominio de operaciones de capital a corto
plazo, cuyo objetivo es obtener ganancias
especulativas desvinculadas de la producción de
bienes materiales. Se estima que el 95% de las
operaciones en los mercados cambiarios consiste
en movimientos especulativos. Amin (1997)
señala que ese desplazamiento de la actividad
productiva por la especulativa es la causa real de
la crisis de la economía capitalista. En definitiva,
los mercados financieros altamente especulativos
son protagonistas decisivos del proceso
globalizador neoliberal.
Globalización neoliberal y salud
Generalmente, se entiende a la globalización
como un fenómeno derivado del desarrollo y las
grandes transformaciones en la informática y las
telecomunicaciones que se percibe como un
proceso evolutivo, casi natural. Stiglitz (2002) lo
relaciona con la mundialización de la economía y
la supresión de las barreras al “libre comercio” y
señala que uno de sus rasgos fundamentales es la
aceptación del capitalismo triunfante
norteamericano como única vía posible al
progreso. Otros lo ven como una expansión
planetaria del capital transnacional, sobre la base
de una nueva división internacional del trabajo en
la cual las mercancías pierden nacionalidad y no
pueden considerarse como de un país particular.
El Sistema Económico Latinoamericano (SELA)
la conceptualiza como una nueva forma de
colonialismo, que ha reemplazado las viejas
formas de dominación por otras más sofisticadas,
que impiden una mejor distribución de la riqueza,
acentuando la concentración del poder y el
capital. Todas esas concepciones constituyen
diferentes facetas y dimensiones de la
globalización.
Comprender lo que sucede en el sector salud
implica comprender el impacto de la globalización
sobre la calidad de vida y los servicios de salud.
Una de las características fundamentales del
mundo globalizado es la concentración del capital
y el incremento de las inequidades y la pobreza.
La globalización neoliberal ha hecho que los ricos
sean cada vez más ricos y los pobres más pobres.
En la última década, los pobres constituyen más
de una tercera parte de la humanidad y han
aumentado a un ritmo inusitado; hoy existen
2,500 millones de habitantes en situación de
pobreza, paradójicamente en un mundo que es
más rico y produce mayor riqueza, pero que la
concentra cada vez en menos manos.
Es necesario afirmar, contrariamente a lo que
asumen muchos teóricos e instituciones a nivel
mundial, que el problema fundamental no es la
pobreza, la cual constituye sólo la expresión de lo
que realmente es el problema y el mayor
obstáculo al desarrollo: la irracional
concentración del capital y la muy injusta
distribución de la riqueza social.
De ser concebidas como derechos sociales, la
salud y la educación pasan a ser espacios para el
lucro y la inversión privada, abriendo la
posibilidad del manejo por parte del capital
financiero de grandes masas de dinero, antes
reservadas a los estados nacionales. Los mercados
de la salud y la educación se convierten en uno de
los más atractivos y rentables, y los organismos
multilaterales en uno de sus más activos
promotores.
Sistemas de salud
Definimos a los sistemas de salud como el
conjunto de respuestas institucionales, programas
y actividades que una sociedad construye para
responder a las necesidades de salud de su
población. En general, se plantea que el objetivo
de un sistema de salud debe ser promover,
proteger y restituir la salud de una población o
comunidad. En términos políticos, el sistema de
salud es la respuesta institucional que una nación
desarrolla para enfrentar y resolver los problemas
de salud y enfermedad de sus habitantes. El
sistema de salud es, por tanto, una respuesta
política, una “construcción social” y como tal
responde a las concepciones político-ideológicas
que predominan
en cada estado, particularmente con relación a la
concepción de la salud y al papel que se le asigna
al estado para garantizarla y proveerla. En
consecuencia, cada país construye un sistema de
salud acorde con los conceptos, principios y
valores que sustentan esa sociedad.
En Venezuela, en el marco de la Constitución
aprobada en el proceso constituyente de 1999 se
define la salud como derecho social
fundamental, que debe ser garantizado por el
estado como parte del derecho a la vida. Para
garantizar ese derecho se prevé la construcción de
un Sistema Público Nacional de Salud (SPNS),
que se caracteriza como participativo,
descentralizado e intersectorial. En otros países,
por ejemplo en los Estados Unidos de
Norteamérica, y también en muchos de América
Latina, influenciados por las políticas neoliberales
promovidas por los organismos financieros
multilaterales, se ha impuesto el concepto de
Salud como bien privado, que si bien no es
claramente asumido en el discurso, ya que muchos
continúan conceptuándolo como derecho, en la
práctica terminan colocando la salud en el
mercado. Decía Bush en la última campaña
electoral, que su ideal de sistema de salud, es
aquél en el que cada ciudadano pueda pagar los
servicios que requiere. Asimismo, escuchamos a
un ministro de salud de un país del continente
señalar que la salud debe ser colocada en el
mercado, y que al estado le corresponde intervenir
sólo para garantizar atención a pobres e
indigentes.
Es clara la diferencia que existe entre estas
concepciones. De un lado, la salud es un derecho
que debe ser garantizado por el estado a todos los
individuos, sin distingos de ningún tipo; y de otro,
la salud es una mercancía que se adquiere en el
juego de la oferta y la demanda, y el estado la
garantiza sólo a los pobres.

Reflexión final. Desafíos de la salud pública
para los próximos años.

1. Reafirmar la salud como derecho fundamental
vinculado a la vida, y continuar confrontando las
políticas “neoliberales” centradas en el mercado,
revirtiendo los elementos de privatización que
persisten en salud y educación.
2. Combatir y cerrar las grandes brechas sociales
que existen en relación con la distribución de la
enfermedad, muerte y acceso a los bienes y
servicios de salud, de manera que se garantice
efectivamente el derecho a la salud de todos los
ciudadanos, reduciendo las inequidades existentes
y acabando la exclusión social en salud.
3. Consolidar al SPNS, profundizando el
desarrollo de “Barrio Adentro”, con un modelo
conceptual centrado en la salud y la vida, que
incorpore las estrategias de participación,
integralidad e intersectorialidad, y asuma a la
salud y la enfermedad como un proceso social,
resolviendo las contradicciones entre lo colectivo
y lo individual, lo biológico y lo social, lo
curativo y lo preventivo, privilegiando la
promoción de la salud y la prevención de la
enfermedad, actuando sobre los determinantes de
la salud y no sólo sobre sus manifestaciones. Ello
implica derrotar a las concepciones
individualistas, medicalizadas y centradas en la
enfermedad y la tecnología.
4. Reducir y resolver la gran deuda social
existente, mejorando el desempeño de los
servicios de salud, elevando su capacidad
resolutiva, definiendo claramente el modelo de
atención, fortaleciendo la red ambulatoria y la
atención primaria y aumentando la eficiencia y
capacidad de la atención hospitalaria.
5. Mantener y reforzar una política que garantice
el aporte adecuado de recursos financieros para
gastos de funcionamiento y una política de
renovación y mantenimiento preventivocorrectivo
del parque tecnológico instalado en las
instituciones dispensadoras, así como garantizar la
continuidad de las políticas de salud, enfrentando
la tendencia de cambio de las políticas que con
cada cambio ministerial se da.
ANTE ESTA SITUACION HAY UN GRAN
RETO POR DELANTE: articular todo el trabajo
en salud con el de construcción de una nueva
sociedad, basada en valores y principios
radicalmente diferentes a los del individualismo y
consumismo que prevalecieron durante muchos
años. Valores y principios como los de la
solidaridad, honestidad, trabajo en equipo,
internacionalismo e integración regional.
Ello implica consolidar una salud pública de
frente al nuevo país, que resuelva los grandes
problemas de salud de nuestros pueblos actuando
sobre sus determinantes. Una salud pública que
asuma el desarrollo de una nueva teoría y una
nueva práctica para hacer realidad el derecho a la
salud y el combate contra las desigualdades,
dónde la lucha por el bienestar colectivo, en el
marco de una sociedad de justicia social, se
construye en democracia y con la participación de
todos, esforzándonos en demostrar que otro
mundo es posible, y que “Salud para todos” no es
un sueño, sino una realidad que estamos forjando.

Medicina Social.volumen 3, número 4, noviembre 2008

ALAMES (Asociación Latinamericana de Medicina Social sección México)

BELE

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