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lunes, octubre 11, 2010

aa un año de RIP LFC

PLAZA PÚBLICA / LyFC: un año después
Miguel Ángel Granados Chapa

(11 octubre 2010).- El domingo 11 de octubre de 2009, hoy hace exactamente un año, una edición extraordinaria del Diario Oficial de la Federación -que suele aparecer sólo de lunes a viernes- contenía el decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro, un organismo público sistemáticamente pauperizado y, paradójica y simultáneamente, difamado por su oneroso costo de operación.

Al mismo tiempo que el gobierno federal se deshizo de una empresa que no obstante la obsolescencia de gran parte de sus instalaciones y su falta de mantenimiento prestaba servicio a la más vasta aglomeración urbana del país -el Distrito Federal, más amplias porciones de los estados de México, Morelos, Hidalgo y Puebla-, se propuso desmantelar el Sindicato Mexicano de Electricistas, una agrupación de antigua raigambre en la lucha obrera de nuestro país. A la luz de los precedentes y de lo acontecido después de la liquidación de LyFC, se diría que el objetivo de mayor importancia para el gobierno era el exterminio de la agrupación sindical de la que formaban parte 44 mil trabajadores en activo y 22 mil jubilados.

En efecto, meses atrás del golpe del 10 de octubre por la noche -pues el asalto a las instalaciones de Luz y Fuerza se produjo por la fuerza desde el anochecer del sábado 10, cuando aún no entraba en vigencia el decreto de extinción y ni siquiera se había impreso el Diario oficial-, la Secretaría del Trabajo había negado la toma de nota a la mitad del comité central elegido con Martín Esparza a la cabeza. Notoriamente, la Secretaría había jugado sus cartas a favor de una oposición de presencia real pero hecha crecer artificialmente, liderada por Alejandro Muñoz, que a un año de la liquidación de su fuente de trabajo persiste en actuar como peón de estribo de las autoridades, pese a la destrucción de la empresa con que contrataba el gremio que pretendía dirigir.

El gobierno federal alegó para extinguir a esa empresa pública las cuantiosas transferencias de recursos que debía aplicar a LyFC. Era un juego financiero entre perverso y torpe. Se estancó la capacidad de generación de Luz y Fuerza, que se convirtió casi meramente en distribuidora que debía pagar a la CFE altos precios por la energía que hacía llegar a menor precio a su clientela. La diferencia era un barreno que horadaba la estabilidad financiera de una empresa a la que el gobierno formulaba reproches que estaba en su mano arreglar, pues el organismo formaba parte del sector público. El gobierno panista asimismo incriminaba al sindicato por los altos costos de la operación, debido a sus salarios y prestaciones, que se concertaban en negociaciones bilaterales en que el gobierno mismo podía establecer límites.

Al extinguir la empresa el gobierno abrió con liberalidad la bolsa para liquidar al personal. Pagó sumas por encima de lo previsto en la ley laboral y en el contrato colectivo, y consiguió que la mayoría de los trabajadores aceptaran como un hecho inmodificable la supresión de su fuente de empleo. Unos 28 mil electricistas dejaron de serlo, con el señuelo de una alta indemnización que se presumía suficiente para iniciar pequeñas empresas que serían proveedoras de la Comisión Federal de Electricidad a la que el decreto de extinción confió la prestación del servicio. También se indujo a los trabajadores a aceptar las liquidaciones con la promesa de ser contratados de nuevo. Se generaron así expectativas que no han sido cumplidas sino en mínima porción.

Unos 16 mil trabajadores rehusaron ser liquidados y se han mantenido en la resistencia, en demanda de restablecer la empresa con la que contrataban, en exigencia de respeto a su organización sindical. En contra de su dirección, a lo largo de este año, se ha emprendido una campaña de satanización, pues en el año del Bicentenario del comienzo de la lucha por la Independencia el gobierno panista actúa con el criterio virreinal de ordenar a sus súbditos callar y obedecer. El sindicato ha rehusado hacerlo y, al contrario, ha librado una larga batalla que lo mantiene con vida, aunque persista la injerencia gubernamental en su seno, con el patrocinio a la corriente sindical de Muñoz y sucesivos rechazos a la petición de toma de nota del comité central. La estrategia gubernamental busca descabezar al sindicato como paso previo a su desintegración. Tal como jugó con la necesidad y aun la codicia de quienes aceptaron ser liquidados, ahora hace propaganda a la idea de cuánto recibirá cada quien cuando se liquiden los bienes del sindicato.

En la pugna por y en contra del exterminio los electricistas han acudido a variadas formas de defensa jurídica. Una tras otra han sido frustradas por la decisión gubernamental de acabar con el gremio, y asemejarlo al que contrata con la CFE. Ese sindicato y esa empresa han sido puestos como ejemplos, pero la terca realidad va mostrando la verdadera índole de uno y otra, proclives a la corrupción y a la falta de cuidado en la realización de sus tareas sustantivas.

Un año después de la extinción de LyFC no ha sido posible sustituir a derechas su operación. No se informa del costo que implica el contratismo al que se ha acudido para impedir la interrupción del servicio. Eso no obstante, se niega al SME satisfacer su último recurso, obligado conforme a la Ley Federal del Trabajo, que es considerar a la CFE como patrón sustituto, situación a la que el gobierno no quiere llegar.

Dos veces sendas huelgas de hambre llevaron a negociaciones estériles. El conflicto sigue vivo



REFORMA.COM


Aplica la CFE cobro adicional al bimestral


Reconoce empresa alta facturación en zona central y dice dar facilidades

Alma Hernández

(11 octubre 2010).- A un año de la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC), uno de los principales problemas en la zona central es la facturación del servicio, pues la Comisión Federal de Electricidad (CFE) está haciendo cobros adicionales a los bimestrales.

América Bárcenas, del despacho QB Asesores Fiscales, dijo que la CFE está iniciando una campaña para hacer cobros retroactivos a 2 años a nivel nacional, aplicando la misma metodología en la zona central, lo que supone cobros adicionales a los bimestrales.

Lo anterior, basado en la justificación de errores de facturación o de medición en el consumo de electricidad.

CFE corroboró que dichos cobros se realizan únicamente en la zona central porque durante varios bimestres se cobró a partir de estimaciones.

La Comisión toma la última lectura realizada por LFC y el periodo actual, y a partir ya de consumos reales hace ajustes de lapsos largos, aun si ya se cobraron.

La empresa reconoció altas facturaciones para usuarios del DF, y dijo que se están dando facilidades para cubrir el pago en parcialidades.

Pero esa información no la reciben los usuarios que llegan a las oficinas de atención al público de CFE, saturadas ante la demanda para aclaraciones, y donde los clientes tardan hasta cuatro horas para ser atendidos.

Es el caso de Agustín Morgan, quien recibió una facturación de 629 pesos para el periodo del 14 de enero al 9 de septiembre, a través del servicio 97791 0600366, adicional a sus pagos bimestrales que cumplió.

A Jesús Hernández le llegó un recibo de 800 pesos, cuatro veces mayor al promedio bimestral que factura por el servicio y desde junio no le han explicado a qué se refiere el cobro, que se ha replicado en cada recibo.

Guadalupe Gutiérrez comenzó pagando 3 mil 908 pesos en el primer recibo, 6 mil 193 pesos en el segundo y 8 mil 271 para el tercero desde la operación de CFE, hace una año.

Telefónicamente, a través del 071, le informaron que tenía una fuga de electricidad, que algún vecino estaba colgado de su servicio y que tenía que cambiar el refrigerador que tenía 3 años de haberse adquirido.

Desde junio pidió a CFE fueran a verificar su situación, pero aún no le han respondido.

Georgina Kessel, Secretaria de Energía, reconoció las quejas de usuarios por problemas de facturación y aseguró que la empresa está adecuando sus sistemas de cobranza.

Así lo dijo

"Hemos tenido algunas quejas... por facturación y la CFE está adecuando sus sistemas comerciales para asegurarnos de que podemos darles el mejor servicio posible a los usuarios del centro".

Georgina Kessel, Secretaria de Energía

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