Por Enrique Cisneros Luján
Desde el 3 de julio de 2006, consumado el fraude electoral, sectores importantes de trabajadores le exigieron a Andrés Manuel López Obrador que realmente encabezara un movimiento contra el neoliberalismo y su representante, el espurio Felipe Calderón.
AMLO respondió primero con un plantón de más de 100 días en la Avenida Reforma y el 20 de noviembre de ese año, inició un movimiento como “Presidente Legítimo”. Ante esta acción se preguntó ¿Y ese presidente va a tener un secretario de Hacienda y va a cobrar impuestos? ¿Luchará por los espacios simbólicos del poder político? ¿Tendrá un secretario de Defensa?
No. Andrés Manuel dijo que no había condiciones por lo que iniciaría una gira de credencialización y organización por toda la república, sin siquiera manifestarse abiertamente en contra de violencias gubernamentales como la que aconteció en Atenco y Oaxaca con el encarcelamiento de decenas de inocentes, la aprobación de la llamada Ley del ISSSTE, la reactivación del paramilitarismo en Chiapas o la paulatina privatización de la energía eléctrica. Hubo tan solo pronunciamientos tibios y muchas veces tardíos. En otras como en Chiapas, le fue a levantar la mano al triunfante” gobernador represor y seudo perredista, Sabines.
Así pasó todo el 2007 mientras los neoliberales avanzaron en militarizar el país, en seguir privatizando, además de intentar legitimar al espurio Calderón. Este proceso de legitimización se dio con el aval de prominentes perredistas como Ruth Zavaleta, presidenta de la Cámara de Diputados. En general esta posición de legitimización y negación del Presidente Legítimo, fue la posición de los infiltrados en el PRD conocidos como “los Chuchos” que apoyados por priístas y panistas intentaron tomar la dirección del PRD para convertirla en franquicia a la venta al mejor postor.
El calderonismo metió en la Secretaría de Gobernación al español Camilo Mouriño para dar el golpe definitivo en la privatización petrolera a lo que AMLO respondió llamando a la defensa de PEMEX, asegurando que no sería una lucha fácil y que de ser necesario habría que realizar acciones más contundentes.
Finalmente el trabajo organizativo que hizo AMLO le permitió recuperar para sus seguidores partidarios la dirección nacional de PRD, así como puestos claves en el DF y otras entidades.
Ante estas condiciones preguntamos ¿Ahora si le va a entrar o llamará nuevamente a movilizaciones sin ninguna acción que demuestre que realmente está decidido a ir del dicho al hecho?
Ya en varias partes del país le tomaron la palabra, empezando por sus paisanos los tabasqueños que no hace mucho bloquearon pozos petroleros. Varias organizaciones plantean la realización de una huelga nacional, otras, como el magisterio democrático se ha propuesto expulsar del SNTE a Elba Esther Gordilo y su camada de charros, con todo lo que esto significa.
Muchos campesinos que están luchando contra el TLCAN han abandonado las mentirosas negociaciones que propuso el gobierno de Calderón y se alistan para la lucha, empezando por acciones el 10 de abril. Ya se dio un día de movilizaciones con cierres de carreteras en varias partes del país.
Varias organizaciones luchan por la liberación de los presos políticos y algunos movimientos armados han realizado acciones para exigir la presentación de sus prisioneros de guerra.
Ahora que a muchos trabajadores del ISSSTE les han llegado descuentos producto de la “nueva” Ley del ISSSTE están reagrupándose para no permitir este robo. La Universidad Autónoma Metropolitana tiene 45 días en huelga y hay inquietud en la UNAM y el IPN por la posición de Calderón de validar la matanza de estudiantes mexicanos en Ecuador.
Se preparan fuertes manifestaciones para el 1º de mayo y los zapatistas siguen resistiendo en los Caracoles y han replegado a sus fuerzas a la selva y las montañas. Hay importantes propuestas de unidad para conmemorar los 40 años de la matanza de Tlatelolco, ante la cual los gobiernos panistas le han cubierto las espaldas a los asesinos priístas.
El gobierno de Calderón ha tenido que recular como sucedió con el SME y otros movimientos, pero no ceja en su plan de cumplirle a los yanquis, sus exigencias privatizadoras.
Ante todo esto López Obrador ¿seguirá pensando que hay que esperar a las elecciones del 2009 y 2012 o dará un paso adelante?
Después de ganar las elecciones del PRD y ante los graves acontecimientos nacionales ya no tiene pretexto: le entra o no le entra.
Si sigue dándole largas a enfrentar realmente al enemigo y no asume el paquete que se echó comprometiéndose como “Presidente Legítimo” pronto quedará rebasado por la acción verdaderamente comprometida y revolucionaria de los trabajadores.
La decisión está en sus manos.
como Machetearte lo pide, les paso su correo:
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